Los errores de diagnóstico representan un tercio de todas las demandas de mala práctica médica en Miami y toda la Florida.
Un error en el diagnóstico se define como cualquier ocasión en la que se equivoca, pierde o demora un diagnóstico médico. Según investigaciones realizadas por la National Patient Safety Foundation, los errores de diagnóstico se producen entre el 15 al 20% del tiempo. Parte de la razón por la cual representan un alto porcentaje de demandas de mala praxis es porque con mucha frecuencia son devastadoras.
Consideremos el caso reciente de Trover v. Estate of Burton, revisado recientemente por la Corte Suprema de Kentucky. Según los registros de la corte, la paciente demandó tanto a su médico como a la clínica donde trabajaba, alegando negligencia y responsabilidad por hecho ajeno después de que el médico presuntamente malinterpretara las tomografías computarizadas de sus pulmones. Como resultado de ello, la paciente manifestaba que el diagnóstico de su cáncer de pulmón estaba significativamente retrasado, resultando en una reducción de sus opciones de tratamiento. La paciente de hecho falleció antes del juicio y el caso fue continuado por sus herederos.
Su demanda era una de las 49 demandas totales contra este mismo médico tras las acusaciones hechas por un oncólogo en un centro médico cercano, quien alegaba que el acusado, un radiólogo, tenía un mal desempeño profesional y no leía los resultados de las mamografías (que detecta casos de cáncer de mama) de manera confiable, así como otras imágenes diagnósticas.
En la carrera hacia los juicios resultantes, la Junta de Otorgamiento de Licencias Médicas del Estado revisó los alegatos. Si bien el doctor parecía ser capaz y estar bien entrenado, al parecer carecía de diligencia. Además, en una especialidad donde las cargas de trabajo para los radiólogos a tiempo completo indican un promedio de 12,800 diagnósticos anuales, este médico tenía un promedio de casi el doble alcanzando 30,000 diagnósticos al año. Sin duda, se iban a producir errores.
El doctor dejó luego el consultorio mientras que su licencia médica de Kentucky era suspendida temporalmente y retomó su profesión fuera del estado en Michigan. Posteriormente culminó con éxito un plan de educación conforme a la Junta de Medicina de Kentucky y su licencia médica fue restablecida.
Durante el juicio de Burton, el abogado de la demandante presentó pruebas de que en tres ocasiones, el médico acusado analizó las TC de los pulmones y no identificó ni reportó lesiones que aparecían en esas tomografías: una en cada pulmón. Ambas lesiones finalmente se convirtieron en cancerosas. Los testigos expertos para la demandante declararon que las lesiones se podían identificar como motivo de verdadera preocupación desde febrero de 2003. A pesar de ello, afirmaron, el doctor no pudo identificar dichas lesiones en las tomografías que se realizaron en aquel momento, así como en setiembre de 2003 y enero de 2004. No identificó correctamente las lesiones sino hasta agosto de 2004. Para esa fecha, las lesiones se habían convertido en cancerosas, y se habían extendido.
La enfermedad resultó ser difícil de tratar y la paciente murió en 2008.
La Corte negó al abogado de la demandante el permiso a interrogar al médico acusado con respecto a la situación de su licencia en Kentucky. Al finalizar el juicio, un jurado declaró a su favor.
Posteriormente, una Corte de Apelaciones revocó esa decisión hallando que la Corte de Primera Instancia cometió un error al no permitir el interrogatorio, el cual no era inofensivo. Como señaló el abogado de la demandante, la evidencia de ello era relevante porque señalaba el hecho de que el médico estaba leyendo un número excesivo de imágenes al año. Además, la Junta había condicionado su licencia a que no leyera más de 100 imágenes al día.
Lamentablemente, la Corte Suprema hizo una nueva revocación y halló que la Corte de Primera Instancia no había abusado de su discreción al negarse a permitir que el médico hiciera un interrogatorio al respecto.
A pesar del resultado en este caso, el hecho es que muchas demandas por negligencia médica basadas en errores de diagnósticos son exitosas. Estas, sin embargo, requieren de un bufete de abogados experimentado en el método adecuado.